
Pese a la situación sanitaria actual, el día grande de Villacarrillo volvió a lucir en el interior y los ruedos del templo de la Asunción.
Hace tan sólo unas semanas resultaba imposible imaginar que Villacarrillo pudiera continuar su histórica tradición cultural y religiosa en torno al Corpus Christi, una festividad en la que vecinos y visitantes invaden las calles de la localidad, unos para embellecerlas y otros para admirarlas.
Este año, los vecinos no han podido elaborar las tradicionales alfombras de serrín, verde o capachos, tampoco las cúpulas, altares o colgaduras… pero sí que se han decorado balcones y fachadas individualmente. Los vecinos atendieron al llamamiento realizado desde el Ayuntamiento y para el sábado eran ya cientos los balcones, rejas y ventanas que lucieron como nunca. Por primera vez, el Corpus se escapaba del tradicional recorrido para decorar todas las calles de la localidad.
En el interior del templo de la Asunción, se celebró la tradicional misa a la que acudieron autoridades locales, miembros de la Adoración Nocturna, cofradías y vecinos. Las capillas habían sido engalanadas por las cofradías locales, y por ellas se realizaría una emotiva procesión de la custodia, que realizó una pequeña parada en cada una de ellas. El acto concluyó con la bendición de la custodia a fieles.