
Corría el S.XVI cuando se estableció en Villacarrillo el Tribunal del Santo Oficio en una de las calles con más arraigo e historia de la localidad, la calle Repullete.
Han tenido que pasar más de 500 años para que esta propiedad pasé a enriquecer el patrimonio común y público de la localidad. Gracias al intenso trabajo desarrollado por el Equipo de Gobierno, en su apuesta por la conservación del patrimonio histórico, y a la voluntad y predisposición de la familia propietaria de la Casa de la Inquisición, se ha llegado a un acuerdo por el que el inmueble pasará a engrosar el rico Patrimonio Local de Villacarrillo sin coste alguno para el consistorio.
Se trata de un inmueble del siglo XVI, enmarcado en el Catálogo de Elementos de Interés Urbanístico Local, que consta de tres plantas, y cuyo principal mérito viene marcado por su interés histórico, conservando al exterior la distribución de vanos, las rejas y su organización general original.
El edificio se alza en pleno casco antiguo del municipio, en una calle estrecha y retorcida, y albergó las reuniones y debates del Tribunal de Villacarrillo, así como el cumplimiento de las condenas más leves impuestas por los tribunales provinciales.
En su interior aún conserva detalles reseñables de la época como el Escudo de la Inquisición Española, una cruz potenzada, una cruz de calatrava o una Concha o venera de estuco, en la que se intuyen pigmentos de color azul y que se encuentra en buen estado.
La Casa de la Inquisición alberga, además, una losa de piedra con imagen del que podría ser un sacerdote o el representante de la misma; mantiene también su suelo original, además de sus puertas, ventanas y rejerías.
En definitiva, un edificio que, pese al deterioro sufrido con el paso del tiempo, preserva aún gran parte de su esencia histórico-patrimonial.
Con este inmueble gana la historia de Villacarrillo, a la vez que se aprovecha el pasado para avanzar en la proyección futura de su imagen como municipio turístico.